Rocío Corbalán; “Horror en la casa del fantasma”



Cuando desperté el fantasma todavía estaba allí. Tuve miedo me di vuelta despacito para que no me escuchara. Pero escuche como si entrara el viento por la ventana el caso era que las ventanas estaban cerradas mire el sofá y el fantasma ya no estaba.
Esa noche no pegué un ojo por el miedo que tuve pensaba:
-        ¿Y si vuelve a aparecer, me llevará?
Solo eso mi mamá me notó muy desesperado y le tuve que contarle. Ella también estaba preocupada y se acordaba cuando la gente le decía que no comprara la casa o si no cosas malas le iban a suceder. No prestó atención a los avisos de sus familiares y vecinos. Estaba súper fascinada con esa casa.
Llamó a un cura para ver si daba resultado.
-        ¿Puede hacer algo padre?
-        Sí, puedo pero tendrán que irse mientras yo estoy aquí.
El niño ya estaba tranquilo sabiendo que lo iban a sacar de su casa.
Pasaron meses de que dejaron a su casa sola entonces decidió que la fiesta de cumpleaños de su hijo seria allí ya estaba segura de que aquel fantasma ya no estaba. Los niños llegaron muy contentos y se fueron muy contentos también. Llego la noche y empezó a llover truenos relámpagos y granizo el niño se asustó cuando escuchó un ruido en la cocina:
- ¿Mama?
-        Sí hijo.
Pero ese grito no venía de la cocina, venía del cuarto de su madre solo se dijo así mismo qué habrá sido ese ruido fue a investigar y no llego que estaba saliendo un charco de sangre.
El niño asustado intento huir pero ya era demasiado tarde el niño ya no estaba la mama desesperada empezó a buscarlo y no hubo respuestas desapareció de la nada en un “tic” y no estaba más. Al día siguiente los padres buscaban sin descansar y el niño no aparecía por ningún lado.
Cuando fueron al granero vieron un horror!!!
Su hijo de tan solo 7 años estaba ya muerto estrangulado y sangriento ya no podían hacer nada. Cuando lo sacaron de allí el padre vio que había una notita que decía:
“no me desafíen por ya vieron lo que le paso a tu hijo no querrás que te paso lo mismo a voz”.
A medida que iba leyendo las palabras desaparecía. Desde ese día que encontraron a su hijo muerto nadie más en el pueblo o extranjeros que viniesen preferían pasar la noche en la calle antes que en esa casa de los asesinatos.