Dante Felbar, "Fantasma"


Cuando me desperté el fantasma todavía estaba ahí.
Yo estaba desesperado, no sabía qué hacer, me sentía perdido, aislado, pero de todas formas salí corriendo para el comedor, después de haberme desmayado, por ver la cara de esa cosa rara, que muchos le dicen fantasmas.
 Traté de agarrar el teléfono y llamar a mi mamá, pero me daba ocupado, trate otra vez pero obtuve el mismo resultado… OCUPADO….
Al día siguiente desperté de verdad, al parecer  todo había sido un feo y extraño sueño. Me levanté para ir a desayunar  y me di cuenta que algo raro sucedía.
Ese día jamás lo olvidaré, al ver a mi mamá muerta y ver otra vez la cara al fantasma, me di cuenta que era la realidad y jamás fue un sueño…

Andrea Milagros Donadio, “Fantasma”


Cuando me desperté el fantasma todavía estaba ahí, me pegué un susto terrible. Me escondí debajo de la cama y me siguió. Era blanco, alto, sucio, y feo. Le tenía miedo y mis papás no lo escucharon y lloraba mucho. El fantasma está enfrente mío y le dije: “¡Basta! Todos los fantasmas salen asustar a los niños, son todos sucios, viven en la basura y no hacen más que causar espanto.” El fantasma me miró desolado y desapareció.

Brisa Díaz, “El Dragón”


El dragón atacó la ciudad y yo estaba ahí, corriendo para salvar mi vida. El dragón quemaba con su fuego intensamente toda la ciudad, destrozando las calles. Había escapado de la cárcel de animales y decía: “Soy muy feo y por eso me discriminan”, y él se quería vengar por eso.
El dragón era rojo y sus ojos bien verdes, haciendo correr a todos los habitantes de la ciudad. Era tan feo que hacía llorar a los perros y hasta a las cebollas.
Mientras quemaba la ciudad, un hombre valiente dijo: “Detente ahí, ahora mismo”. El dragón lo miro con atención, lo agarró y se lo comió. Al hacerlo se dio cuenta de que las personas eran ricas, entonces empezó a comer personas.

Martin Tasori, "Sola"


Esta sola en su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo. Todos los otros seres han muerto. Tocan la puerta, asustada mira hacia todos lados y dice: “¿Quién es?”, y nadie responde, despacio abre la puerta y no hay nadie.
Minutos después, ella escucha que golpeaban la puerta y dice de nuevo “¿Quién es?”. Al abrir la puerta, ella siente la presencia de un espíritu en su casa, se escuchaban ruidos de cadenas, gritos, y las luces de toda la casa se prendían y se apagaban.
El espíritu era el que golpeaba la puerta. Luego de aproximadamente tres horas no se escucharon más ruidos en la casa y desde ese entonces nunca más volvió a aparecer. 


Nahuel Sprovieri, "Fantasma"


Cuando me desperté el fantasma todavía estaba ahí. No sabía qué hacer, estaba aterrado. Me tapé hasta la cabeza y sentí que me querían destapar y escuché:
"Nahuel vos sos el culpable de mi muerte, ¡ahora te toca a vos!"
Reconocí la voz de mi mejor amigo pero no entendía porque me echaba la culpa de su muerte.
Fue un día de verano, íbamos caminando por la estación y de repente un auto perdió el control y lo chocó. Murió al instante, sólo tenía catorce años. El había ido a mi casa esa mañana para avisame que algo malo iba a pasarme pero yo no sabía qué iba a suceder. Al día siguiente me había ido a lo de mi amigo y cuando estaba llegando allá un hombre sale detrás de un árbol y me quería robar, saco un arma y me apuntó al pecho sin querer disparar y cuando vio que estaba muerto salió corriendo pero lo más lindo fue que en el cielo encontré a mi mejor amigo y eso me dejó en paz.

Rocío Luque, "Fantasma"


Todo empezó una tarde de verano cuando me desperté para ir a la escuela. Mi mamá me levantó rápido porque llegaba tarde. Cuando entré al salón no había más lugar. Me senté atrás de todo contra la ventana  allí estaban aquellos niños malvados que siempre me molestaban. Yo no los quise ni mirar pero cuando me descuide ya los tenía mi lado. Ellos me contaron una historia de terror. El niño que me molestaba me empezó a contar:


"Hace mucho tiempo cuando los fantasmas nos tenían como esclavos a nosotros los humanos. Cuenta la historia que los fantasmas venían por las noches a las casas de los niños  los hacía ser sus sirvientes y se los llevaban para matarlos. Ellos venían en las noches lluviosas".

Salí corriendo a mi casa mientras aquellos niños se reían. Cuando llegué a mi casa mi madre me pregunta qué tenía, "estas pálido y frío". Preferí no decirle nada porque tenía mucho miedo de que el fantasma viniera por nosotros.
A la noche fui a dormir y comenzó a llover. Pensé que el espectro vendría pero nunca llegó. A la noche siguiente, sentí unos ruidos en el placar pero como estaba muy asustada no quise levantarme. Después de unos minutos escuché voces: era el fantasma que me decía:
-        "No temas, no te haré daño. Yo sólo quiero darte lo que vos desees".
Asustada dije:
-        "¿Quién sos?, ¿Qué quieres de mí?".
-        "Soy tú abuelo, el que vos nunca conociste"
-        "No puede ser... Tú estás muerto... No puede ser..."
Mientras el fantasma repetía “soy tú abuelo no me temas”. Cuando me desperté resultaba que todo había sido un sueño, el fantasma de mi sueño era blanco, casi calvo y tenía en sus manos dos cuchillos. Muy asustada me levanté y fui a la escuela. Cuando entré al salón vi a aquellos chicos que me molestaban y junto a ellos estaba aquel fantasma. Pestañas una, dos, tres veces y ya no estaba. Se me apareció por todos lados. Luego a la noche siguiente, cuando me fui a acostar, se me apareció por todos lados luego a la noche siguiente, cuando me fui a acostar no quería quedarme dormida pensando que iba a soñar de nuevo con ese fantasma. Cuando me quedé dormida sucedió que el fantasma de mi sueño me quería matar. Cuando me desperté el fantasma todavía estaba ahí, sentado, observándome desde los pies de la cama y luego se estuvo y nunca volví a soñar con él.
Luego supe que ese espectro no era mi abuelo, sólo era un espíritu de un viejo hombre que hacía mucho tiempo había vivido en esa misma casa. El fantasma trataba de asustar a los niños para que les dijeran a sus padres que en esa casa había fantasmas y se mudaron porque ese hombre no quería que nadie viviera en su casa. Él se llamaba José Alberto Rodríguez. Luego de diez años de aparecer el fantasma no volvió y la casa quedó sola, descuidada y abandonada.

Trinidad Molina, “El secreto”


No podía creer lo que estaba viendo pasar  frente mis ojos. Esa noche el filo de un cuchillo rosando mi cara tratando de matarme y mi familia asustada, era mi vecino Adrián tratando de matarme. El estaba loco, enojado, no sabía lo que hacía. Estaba confundido. El había cambiado desde que su novia  murió. Aquella noche Adrián se volvió loco por que ella había muerto esa misma noche camino a su boda la limosina chocó y explotó con ella dentro. El estaba enojado con Agustín y su mama por que había echo descontrolar la limosina. La madre de Agustín  era enemiga de Abigail la novia de adrian .se odiaban por funda mente ese día no sabíamos  como explicarle  a Adrian a si que  le mentimos hasta hace poco que nos descubrió. Le habíamos dicho que ella se fue a lo de su mama Silvia. Que estaba enferma pero no lo comprendía como ella no le dijo nada. Si ellos se decían todo a si  que llamo a Silvia y le pregunto como estaba ¿ya estas mejor? Le preguntó Adrián y le dijo que nunca se enfermo y que ella nunca fue a su casa que ella había fallecido el 3 de febrero del 2011 que había chocado contra el auto de su vecino Agustín  y los descubrió el día 3 de febrero del 2012 y lo trato de asesinarlo.

Yanina Barboza, “Fantasma”


Cuándo me desperté el fantasma estaba ahí, parado e inmóvil tenía un tapado negro. Mi primera sensación fue que a esa persona o fantasma lo había visto alguna vez. 
Una semana después lo volví a ver y me dijo que venía a buscar a su madre. Yo solo vivía con mi madre.      
Un día después me surgió preguntarle a mi madre si había perdido algo hijo, me dijo que sí, y que ella todas las noches lo veía y que le decía que la venía a buscar y así podría ser feliz. A La siguiente noche volvió a aparecer, también me volvió a decir que buscaba a su madre, me levanté y le pregunte que edad tenia, me dijo once, que su madre vivía en este hogar, me quedé con la duda si era el hijo perdido de mi madre. Pasaron dos semanas y no volvió a aparecer, el día siguiente escuchaba a mi madre hablar sola, me levanté y entré a su habitación y estaba sentada mirando a un costado, le pregunté con quien hablaba, me dijo que con su hijo. De ahí solo me di cuenta que amanecí a su lado y mi madre tampoco se acordó de absolutamente de nada.
Pasó el tiempo y seguía todo normal, pero una noche sentí que había alguien en mi cuarto, la misma sensación que sentí la primera vez que vi al fantasma, pero no le preste atención y me dormí.
Unas horas después sentí que el fantasma me hablaba y me dijo que ya no volvería a aparecer por que su madre no lo quería aquí. 
Definitivamente no volvió y decidimos mudarnos.                                         

Belén Gómez, “El secuestro”

No podía creer lo que estaba viendo, fue horrible ver a esos 4 hombres secuestrando a la chica. Me acuerdo que iba por la calle Sarmiento, no había nadie, solamente esas personas y yo. Uno de los hombres llevaba pantalón azul y una remera blanca. Los otros no recuerdo muy bien, no sabía qué hacer entonces me acerqué hacia ellos y le pegué a uno con un palo que había en la calle, pero no logré hacer nada. Ellos se apuraron y se fueron, por suerte alcancé a ver la patente del auto, el coche era un gol gris con patente ASX 253. Entonces lo único que hice fue llamar a la policía. Vino rapidísimo, me subí a la patrulla y mientras íbamos en camino le conté al comisario lo que había sucedido. Nunca pudimos encontrar ese auto. Yo estaba muy mal de no poder hacer nada, solo me preguntaba ¿Qué habrá pasado?, ¿Qué habrá pasado? Un tiempo después lograron encontrar el auto, dos de los hombres y a ella por supuesto. Yo la acompañaba todos los días a la comisaría. Lo primero que me dijo fue  “gracias” y que se llamaba Esmeralda (como mi hija desaparecida en el año 2007). También me había dicho que yo le recordaba mucho a su madre, que jamás la pudo encontrar, y ahí fue que pensé ¿será mi hija?¿la habré encontrado?