Brisa Díaz, “El Dragón”


El dragón atacó la ciudad y yo estaba ahí, corriendo para salvar mi vida. El dragón quemaba con su fuego intensamente toda la ciudad, destrozando las calles. Había escapado de la cárcel de animales y decía: “Soy muy feo y por eso me discriminan”, y él se quería vengar por eso.
El dragón era rojo y sus ojos bien verdes, haciendo correr a todos los habitantes de la ciudad. Era tan feo que hacía llorar a los perros y hasta a las cebollas.
Mientras quemaba la ciudad, un hombre valiente dijo: “Detente ahí, ahora mismo”. El dragón lo miro con atención, lo agarró y se lo comió. Al hacerlo se dio cuenta de que las personas eran ricas, entonces empezó a comer personas.

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