Camila Acosta, “Fantasma”

“Cuando me desperté el fantasma todavía estaba ahí…”

Muy asustada salí corriendo me metí en un campo. Caminaba por un extraño sendero que subía por una colina, allí arriba había una hermosa casa blanca rodeada por un jardín, golpeé la puerta pero nadie respondía. Abrí. No había nadie. Pregunté “¿Hay alguien aquí?” pero mis palabras se perdieron el silencio.
Comencé  a caminar y de pronto escuché ruidos en la cocina. Me asomé lentamente para ver quién era. Sin embargo no había nadie. Más tarde escuché ruidos en la habitación de arriba, subí las escaleras y me encontré con el fantasma. Quise escapar, pero tropecé y caí rodando las escaleras. Quedé desmayada en el piso por un largo rato. Cuando desperté estaba en el hospital y los doctores me preguntaban qué hacía en esa casa abandonada. No lo recordaba ya que había perdido la memoria, no entendía nada  de lo que me decían, solamente lo recordaba que se me había aparecido el fantasma. Los enfermeros creían que estaba loca, porque ellos habían investigado en la casa y no habían encontrado nada. Les dije que había visto al fantasma pero nadie lo creyó. Los enfermeros me colocaron un sedante para que se durmiera. Luego desperté y vi al fantasma. Aterrorizada llamé a los enfermeros y les dije que el fantasma estaba sentado en la silla. Ellos miraban desconcertados: no había nada. Decían que estaba alucinando. Pero no se dieron cuenta que el fantasma seguía ahí.

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