Nicolás Romero, "Pesadilla en el teatro"

 Yo seguía enojado, tras jugar un mal partido de fútbol no veía la hora de llegar a mi casa a descansar. Una vez allí llamé a algunos amigos, para disfrutar unas pizzas y cervezas, para ver que planeábamos hacer por la noche. Llegaron Mike y Oswald. Miramos televisión y comimos, hasta que en un momento Oswald rompe el silencio.
- Chicos la noche nos llama, terminemos nuestras cervezas y vamos a algún boliche.
- Tengo un plan mejor…- Interrumpe Mike- Vamos a probar una emoción nueva.
-  ¿Que proponés?- Pregunté.
- Mirá, conozco un lugar que si le hacemos algunas refacciones podría servirnos para hacer nuestras juntas y de vez en cuando hacer fiestas- Acotó Mike.
- Mmm.....… Suena bien. Vamos a ver el lugar- Respondí rápidamente con expresión decisiva.
 Partimos rápidamente de mi casa, y al cabo de un momento llegamos al lugar:
- Este lugar es un desastre Mike- Grité con cierta decepción.
- Mirá entremos, y verás de lo que te hablo- Me respondió tranquilamente Mike tras mi horrendo grito.
Ni bien dijo esto, Mike abrió las puertas de ese antiguo teatro con una ganzúa, y nos mostró el interior. Quedamos boquiabiertos al ver el estado del lugar.
- No lo creo, esto es increíble- Dijo Oswald, que seguía sorprendido.
- Pues quería darles una sorpresa, me gasté mi dinerito aquí, pero valió la pena- Respondió Mike con una sonrisa en la cara.
Mike había dejado una heladera con cervezas y un equipo de estéreo en una de las habitaciones de utilería que  daba a la puerta externa del teatro.
- Necesito que veamos el lugar, esta habitación es lo único que podemos rescatar del teatro, lo demás esta semidestruido, pero con un poco de trabajo podremos - Incentivaba Mike, mientras seguía mostrando el teatro.
- La verdad que será mucho trabajo- Dije mientras ojeaba el lugar de punta a punta.
- ¡Oswald!- Gritó casi de la nada Mike, al ver que su amigo no se encontraba con ellos.
-  Estoy con las cervezas - Respondió viendo alegremente Oswald.
Pero en ese preciso momento, la puerta del teatro se cerró.
- No había tanto viento cuando entramos acoté rápidamente- Debió haber sido un idiota que cerró la puerta.
Luego, vi una sombra cruzar rápidamente sobre el escenario, por lo que, comencé a revisar  cada sector del teatro
- Vamos, sal de donde estés, se acabó la broma grité esperando que alguien me diga que eso era un simple juego. Pero no tuve respuesta.
Al darme cuenta de lo sucedido, Mike y yo fuimos hacía donde estaba Oswald para irnos, pero él ya no estaba.
- ¡Dios mío! ¿Dónde está Oswald?- Se preguntaba Mike, sumamente preocupado y muerto de miedo.
Nos quedamos callados por un momento mirándonos mutuamente, aunque se nos veía muy descolocados.
- Tiene que estar en el teatro- Susurré levemente.
Dimos vueltas durante algunas horas en el teatro, sin respuestas, nos paramos sobre el escenario para poder ver el teatro completo, y en ese momento se prendió uno de los reflectores del escenario. Escuchamos una voz macabra que decía: “Señores, se acabó la función”.
Estábamos duros de miedo, y la voz nos seguía hablando, pero no sabíamos de dónde provenía:
“Este lugar es de mi propiedad, se atrevieron a ocuparlo y ahora sufrirán las consecuencias, ahora me divertiré con su amigo”, y se apagaron las luces.
Salimos del lugar y miramos entrada por entrada, ninguna se veía forzada, ni en condición de haberse abierto. Empezamos a dudar.
- ¿Será alguien que habita en el teatro hace tiempo y que no quiere perder su hogar?- Pregunté.
- Sea como sea, nuestro amigo no tiene nada que ver- Decía indignado Mike.
Entramos de nuevo, y automáticamente la puerta se bloqueó. Avanzamos entre las butacas, viendo si había rastro de Oswald o de la misteriosa sombra.
Lo único que vimos fue una latita de cerveza girando en el suelo. La preocupación de nosotros comenzaba a ser cada vez más alta, pero luego escuchamos unos ruidos y fuimos a ver qué pasaba. Estábamos en uno de los camarines, revisando de dónde provenía el ruido. Cuando se escuchó el primer gritó, me di cuenta que estaba solo, reconocí la voz de Mike en el gritó y fui hacia donde estaba. Se oyó otro gritó, era uno voz femenina, de alguien joven, yo ya estaba confundido, y cuando entré en el camarín encontré a Mike con una chica, de aproximadamente cinco años, vestida con harapos, parecía una pordiosera, aunque su rostro indicaba ternura.
- ¿Estás bien pequeña? –Preguntó Mike.
-  Sí, tengo sueño, pero estoy bien.- Respondió.
- ¿Cómo te llamas?- Pregunté.
- Soy clara, ésta es mi habitación, ¿les gustaría jugar conmigo?- Respondía la niña.
Estábamos desconcertados.
- ¿Ésta es tu habitación? ¿Vivís acá? –pregunté.
- Sí, desde que mami y papi se fueron yo vivo con mis hermanos aquí.
-  ¿Y tus hermanos dónde están? – preguntó Mike.
- Fueron a buscar algo de comer, pero no importa, vamos a jugar, miren mi caballito – nos decía Clara, bastante alegre por tener visitas.
Estuvimos durante un momento interrogando a la niña y cuando nos acordamos intentamos recobrar la búsqueda, por lo que Mike preguntó:
-  ¿Y qué hacemos con la niña?
- Llevémosla con nosotros, no podemos dejarla aquí sola –dije.
-   Está bien – decía Mike mientras la cargaba entre sus brazos.
Volvimos al escenario, íbamos con clara, que era la que menos asustada se veía. La luz se volvió a encender. La voz recobró fuerzas de la nada y se oyó:
- Jóvenes insolentes, dejen a la niña y váyanse.
-  Danos a nuestro amigo y te dejamos tranquilo.
- Me parece perfecto, dejaré a su amigo afuera - dijo la sombra que se mostró frente a nosotros.
Era una persona alta de aproximadamente un metro noventa, demasiado delgado, cubierto totalmente de una túnica negra; se movía de manera rápida y sutil. Clara al verlo fue hacia él y lo tomo de las piernas.
-  Ya les he dicho: ¡váyanse! – les reprocho la sombra.
- Está bien, vendremos mañana por la heladera y el estéreo – dijo Mike.
- ¡Váyanse ya! – gritó la sombra y después nos fuimos.
Al día siguiente, fuimos a buscar nuestras pertenencias, las cuales estaban totalmente destrozadas.
Mike estaba muy enojado. Oswald le decía que no se ponga así, que eso se recuperaría.
A la semana se conoció la noticia del teatro incendiado con dos víctimas fatales.
Una mañana desperté, llegué a la Universidad y me encontré con Mike y Oswald, y les dije:
- Chicos, no saben lo que me pasó, tuve terrible pesadilla.
- Cuéntanos – dijo Oswald.
- Está bien – y le relate todo lo ocurrido en el teatro.

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