Florencia González, “La casa embrujada”


Era una noche tormentosa, de mucho viento, las copas de los árboles se movían sin cesar. En una casa de allí, vivía una familia de tres personas, la mamá, el papá y un niño llamado Alex. El solía escuchar ruidos en el pasillo, aquellos ruidos eran de pasos, comenzó a asustarse porque era la primera noche en esa casa, y el niño no pudo dormir. Al día siguiente, el niño le preguntó a su madre y a su padre si habían escuchado los pasos en el pasillo, pero sus padres le dijeron que no.
Al llegar la noche, el niño se fue a dormir, pero volvió a escuchar aquellos pasos, y no pudo hacerlo. A la mañana siguiente Alex volvió a preguntarles a sus padres, pero ellos dijeron que no. Alex comenzó a asustarse y empezó a imaginar fantasmas. Alex contactó a la antigua dueña de la casa que le comentó que aquellos ruidos eran del fantasma de su padre que había muerto en aquella propiedad. Le contó la historia de cómo había muerto su padre, y resulta que murió en aquel pasillo de un paro cardíaco. Luego de hablar con la señora, Alex se fue a dormir. Al día siguiente cuando se despertó volvió a escuchar aquellos pasos, y llamó a la antigua dueña y le dijo: “CUANDO ME DESPERTE, EL FANTASMA TODAVIA ESTABA AHÍ…”

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