Franco Zurita, “Desafío”

Hace un tiempo, cuando estaba estrenando casa, un fantasma apareció y me dijo que yo era el culpable de su muerte, que yo había sido quién lo había matado.
"Vas a pagar mi muerte con tú sangre"
Luego de estas palabras desapareció. Pensé que se había ido definitivamente pero a la noche siguiente el fantasma estaba otra vez allí. Así cada noche. Siempre me decía lo mismo: que pagaría con sangre su muerte. Una noche me quedé despierto y me enfrente cara a cara con él. Me dijo que si me quedaba dos noches sin moverme de la casa, se iría al amanecer. Le dije que aceptaba el reto. Entonces dejó ver su rostro: era horrendo y tenía cadenas de las que colgaban grilletes y candados. El fantasma siguió intentando sacarme de la casa. Lo intentó durante el tiempo que me había asignado pero no lo logró. Luego de las dos noches el espectro se fue cumpliendo con su palabra: nunca lo volví a ver.

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