Soledad Scioli, “Dragona perdida”

El dragón atacó la ciudad porque un hombre le había robado a su beba. Lo acompañaban veinticinco dragones amigos con los que comenzó a atacar a las personas. Querían saber por qué y cómo le habían sacado a su hija. En una esquina vieron a cuatro perros vagabundos. Los dragones estaban hambrientos después de destruir la cuidad y decidieron almorzar: se los comieron a los cuatro y a dos gatitos que por allí pasaban. Pero su hambre no se agotó y empezaron a comerse todo lo que encontraban a su paso. A la mañana siguiente todo estaba en ruinas. El dragón creyó que habían terminado con todos pero en ese momento vio a un chico en bici y a un hombre en un auto. El nene empezó a gritar de terror y el hombre escapó a toda velocidad. El dragón sintió lástima y le perdonó la vida al niño. Volvieron a sus cuevas secretas donde –increíblemente- hallaron a la pequeña dragón perdida que se había escondido para hacerles una broma…

No hay comentarios:

Publicar un comentario