Taborda Mariana, “Fantasma”

Cuando se despertó el fantasma todavía estaba ahí, en la oscuridad. El viento soplaba fuerte, los perros ladraban, llovía intensamente y se cortó la luz.  Agustina, que estaba acostada en la cama cuando se cortó la luz se asustó mucho. La ventana de la cocina estaba abierta y corrió a cerrarla. Cuando volvió a su pieza la sombra del perro estaba tras la ventana. Ella miró y dijo: “Uh… que susto me diste Duque” y suspiró. Cuando giró su cuello hacia atrás el fantasma estaba tras ella. Se desmayó y cayó en el piso. Eran las 10:30 de la mañana y ella dormía aún. Se levantó, miró afuera por la ventana. El día estaba hermoso, soleado, hacia mucho calor. Se rió y dijo: “Solo fue un sueño”. Se volvió a acostar en la cama, miró hacia el techo y el monstruo estaba ahí. Dijo: “El monstruo todavía no se ha ido” y desapareció. Agustina quedó atemorizada, pasaron meses y meses pero el monstruo nunca más volvió a su casa.

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