Está sola en su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo. Todos los otros seres vivos han muerto. Tocan la puerta pero no era nadie. Al rato vuelve a escuchar la puerta, la abre y era un perro que estaba asustado por lo que había sucedido. El animal tenía un collar con el nombre y la dirección de su dueño. Decidió averiguar dónde quedaba. Cuando llegó a la dirección encontró cuerpos quemados y agonizando. Le dio lástima pero siguió hacia su destino. En ese momento ve algo raro, como una sombra. Se asusta y empieza a caminar más rápido. De pronto el perro se escapa alejándose. Lo  llama pero no volvía. Lo fue a buscar y lo encontró cerca del lugar en el que había visto aquella extraña sombra. Se acercó lentamente y vio al dueño del perro. Le preguntó qué hacía por ahí y no le contestó. Se acercó despacio y le volvió a hablar pero el hombre estaba completamente callado. Era mudo. Le preguntó si se podía quedar con él y con señas le dijo que sí. Ella necesitaba ropa ya que toda su ropa había quedado en su casa. La acompañó a su casa. Pero en el camino se encontraron con agentes del gobierno que los capturaron y los llevaron a un lugar donde lo guardarían para estudiar por que sobrevivieron a una explosión tan grande. De ellos no se supo más nada, solo que habían sobrevivido.

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