"Una mañana dolorosa"

Una madrugada de verano, la  familia Stevenson decidió irse de vacaciones. Ellos eran de un pueblo llamado Villa Ángela, una pequeña localidad muy aislada de la gran ciudad a la que ellos querían ir.
Decidieron partir a las cinco de la mañana para llegar allí un día después.
Todo estaba preparado. En el transcurso del viaje pararon en un semáforo y  un mendigo se les acercó y les dijo:
-        ¿Eh, amigo, no tenés un par de monedas?
-        No, no tengo nada ahora, pibe – respondió el Sr. Stevenson.
El vagabundo lo distrajo mientras se acercaba un compañero suyo con un arma en la mano que se arrimó por la otra ventanilla y le pegó un tiro a su mujer en el cuello. En la desesperación, el Sr. Stevenson la socorrió bajándola del auto y llamó a la ambulancia. Lamentablemente tardó mucho en llegar y la mujer murió en la calle. Sus últimas palabras fueron:
-        Venga mi muerte, mi amor.
Los delincuentes huyeron. El Sr. Stevenson los corrió hasta poder alcanzarlos pero los ladrones lo golpearon hasta casi matarlo. Con sus últimas fuerzas sacó un arma y le pegó un tiro a uno de ellos. El otro le pegó una patada en la cabeza y salió corriendo.
El Sr. Stevenson se arrastra hasta la ruta donde un hombre lo ayuda llevándolo a su casa. Lo cuidó pero no pudo hacer nada. El Sr. Stevenson había fallecido con el dolor de la muerte de su esposa y con la bronca de no poder vengar su muerte.

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